
De aquello han pasdo ya diez años, y nunca imaginé que un animalito tan pequeñito no iba a dar tanto, tanto, tanto amor. Porque aquél peluchillo sigue ahí, con esa la punta de la lengüita fuera, los ojos tapados, y abusando de su pequeñez para evitarse el esfuerzo de subirla al sofá o a la cama (aunque ahora se haya hecho un pisito bajo la cuna de Jimena).

1 comentario:
Encantada de conocerte Nina, y feliz aniversario.
Un beso.
Felisa
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